¿Comida real o procesada? por qué tu elección es clave para tu salud

Uno de los aspectos más relevantes para mantener la buena salud, es la alimentación. Recuerdo que antes de mi diagnóstico médico no tenía consciencia acerca de la importancia de aquello que ponía en mi plato, sino que fue después, cuando reconocí el gran impacto de los ingredientes que elegía y entonces empecé a hacer cambios.

En los últimos años, ha habido una creciente preocupación por la calidad de los alimentos que consumimos y con toda razón, si consideramos el sinnúmero de modificaciones que han tenido con el paso del tiempo, a través del cual la industria alimentaria ha buscado la manera de proveer comidas que se ajusten al ritmo actual de vida, así esto comprometa en gran medida nuestra salud. 

En este artículo, hablaremos sobre la importancia de elegir una alimentación basada en comida real, evitando en la medida de lo posible, los alimentos procesados.

Y para empezar ¿Qué es la comida real?

Se trata de cualquier alimento que no ha sido procesado o ha sido mínimamente procesado. Los alimentos reales incluyen frutas y verduras frescas, carne, pescado, huevos, granos enteros, nueces y semillas; estos alimentos son ricos en nutrientes, vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes.

Por su parte, los alimentos procesados son aquellos que han sido alterados de su forma natural a través de procesos como la adición de aditivos, conservantes, edulcorantes y saborizantes. Estos alimentos suelen ser bajos en nutrientes y altos en calorías, grasas saturadas, azúcar y sodio. Dentro del grupo de alimentos procesados se incluyen los embutidos, productos congelados, paquetes, cereales de caja, entre otros. Entre más se aleja un alimento de su forma natural, tiende a generar un impacto negativo más grande en la salud del organismo.

¿Por qué es importante elegir una alimentación basada en comida real?

Una alimentación basada en comida real tiene múltiples beneficios, no solo a nivel de cómo reacciona nuestro organismo, sino también acerca de cómo nos sentimos. Los alimentos reales son ricos en nutrientes y proporcionan al cuerpo los insumos que este necesita para funcionar de manera óptima. En cambio, los alimentos procesados, dada la cantidad de adiciones y conservantes o debido a la pérdida de las bondades naturales del alimento, pueden causar problemas de salud a mediano y largo plazo.

1. Ayuda a prevenir enfermedades crónicas

La alimentación basada en comida real puede ayudar a prevenir enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedad cardiaca, obesidad, entre otras. Esto considerando que son ricos en nutrientes al conservar sus propiedades naturales y que no cuentan con componentes como azúcares, sodio, químicos indeseables y demás sustancias nocivas e inflamatorias. 

2. Mejora la salud digestiva

La comida real es rica en fibra, lo que ayuda a mejorar la salud digestiva, al proporcionar lo necesario para que los microorganismos buenos del organismo se alimenten y para que el metabolismo funcione correctamente. Lo contrario ocurre cuando consumimos procesados, los cuales nos pueden llevar a sufrir de estreñimiento y otras dificultades digestivas.

3. Mejora la salud mental

La alimentación basada en comida real también puede mejorar la salud mental. La investigación ha demostrado que los alimentos procesados pueden aumentar el riesgo de depresión y ansiedad. Los alimentos reales, por otro lado, contienen nutrientes que son esenciales para la salud mental, como ácidos grasos omega-3, vitamina B y triptófano.

Al final, elegir una alimentación basada en comida real es fundamental para la salud y para facilitar su implementación, como en todo proceso de mejora de hábitos, es recomendable hacerlo de manera gradual a partir del método de la sustitución de alimentos, a través del cual reemplazamos algunos procesados que comúnmente consumimos, por alimentos reales que van a empezar a brindar a nuestro organismo una sensación de bienestar. Es así como nuestro cuerpo empieza de a pocos, a pedir más de aquello que le sienta bien y entonces empezamos a crear el hábito.

En todo caso la elección que hagamos será clave para crear la salud que deseamos tener y no se trata de apostar al todo o a nada, sino de empezar a tomar decisiones informadas y cada vez más conscientes, ya que es en el día a día en el que construimos y con pequeños pasos es posible lograr grandes cambios en el tiempo; procurando que estén direccionados a poner en el plato aquello que está más cerca de su forma natural, y que ha sufrido una mínima cantidad de procesos y modificaciones.